Las viñas de la Cuesta se sitúan debajo del Castro de Las Murielas, que remata la ladera, enfrente del área urbana.
Este castro pudo haber sido también campamento romano, al no tener claro la ubicación del Interamnium Flavium, asentamiento romano, ubicado al borde de la calzada romana que unía Astorga con el Castro Ventosa en Cacabelos, desde donde se controlaban las explotaciones de Oro del Noroeste peninsular.
En esta ladera también se plantaron las viñas del Convento, pertenecientes al de San Miguel de Almázcara, cuyo inicio es del año 990, regido por monjas (Dueñas) de la Orden del Cister. El edificio ahora visible pertenece a los siglos XVII-XVIII.
En la zona de Las Melendreras y junto a los restos de otro castro prerromano, se encuentran otros viñedos.
En la zona de Congosto poseemos viñedos que se unen a los de Cobrana. Aquí sobresale físicamente el Santuario de la Peña. Es un promontorio con espectaculares vistas a todo el Bierzo. Se comienza en el siglo XIII y tiene su apogeo en el XVI-XVIII, creándose un convento. Desapareció con la desamortización y las consecuencias de la guerra de la Independencia.
Entre Congosto y Cobrana labramos viñedos que bordean la calzada romana “Vía Nova” de la que podemos admirar un puente sobre La Reguera y un terraplén relleno con mampostería de piedra en bloques. Esta vía romana unía el Castro Ventosa en Cacabelos con Interamnium Flavium y Astorga. Posteriormente, en la época de Carlos III, este tramo se retomó como nueva vía de comunicaciones, el llamado “Camino Real” entre Madrid y Coruña, que seguimos utilizando.
Debemos reseñar además, que los materiales no consolidados, que los romanos movieron en sus cientos de explotaciones para la extracción del Oro, son los mismos sobre los que se asientan nuestros viñedos. Oro que junto a otros minerales existentes en estos suelos hacen que nuestros vinos sean más singulares y con una apreciada carga mineral.